Antecedentes

A pesar de que en 1856 el naturalista Carl Bolle tuvo noticias de la existencia en los montes de Gran Canaria, de un ave de similares características al pinzón azul de Tenerife, no fue hasta 1905 cuando Johan Polatzek lo encuentra en los pinares situados por encima de Mogán, describiéndose como una nueva subespecie (Fringilla teydea polatzeki). Durante la primera mitad del siglo XX se consideró a estos pinares del sudoeste de Gran Canaria como la única área de distribución en la isla, hasta que 51 años más tarde fuera descubierta en los pinares de Tamadaba.

Dada la extremada rareza y la falta de información acerca de esta subespecie endémica, así como su situación crítica, la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias comenzó a implementar en 1991 un programa de conservación específico con el objetivo primordial de recuperar a esta subespecie amenazada. Las líneas de actuación se centraron en la obtención de información básica acerca de la biología y ecología de la subespecie, así como de los posibles factores de incidencia negativa. Además se pusieron en marcha determinadas acciones de conservación, como la instalación de bebederos artificiales, el control de gatos asilvestrados o la restauración de la cubierta vegetal. Paralelamente a estos trabajos, en 1993 se ultimaron las primeras instalaciones para la cría experimental en cautividad, cuyo objetivo era establecer los protocolos de manejo y reproducción en cautividad de la especie, siendo el objetivo último, la obtención de ejemplares para su liberación en el medio de cara a incrementar las poblaciones y el área de ocupación. El programa de conservación se benefició del apoyo financiero de la Unión Europea, a través de dos Proyecto Life, el primero entre los años 1995 y 1997, y el segundo entre 1999 y 2002. Además de continuar con las actuaciones ya iniciadas y de emprender algunas otras, uno de los objetivos del Life fue la redacción y aprobación de un Plan de Recuperación para esta subespecie catalogada como en peligro de extinción. Dicho Plan fue aprobado y publicado finalmente en el año 2005 (Decreto 57/2005, de 12 de abril, por el que se aprueba definitivamente el Plan de Recuperación del Pinzón Azul de Gran Canaria (Fringilla polatzeki) – BOC nº 87, de 5 de mayo de 2005). Este Plan, que fue uno de los primeros que se publicaron en la Comunidad Autónoma Canaria, y con una vigencia de cinco años, constituyó un hito importante para la recuperación del pinzón azul, cuya gestión fue encomendada al Cabildo de Gran Canaria.

Entre los logros del mencionado Plan cabe destacar los esfuerzos realizados en el programa de cría en cautividad, el cual ha dado buenos resultados en lo que a producción de ejemplares se refiere, habiéndose iniciado también las labores de reintroducción/reforzamiento en otros pinares. No obstante, muchos de los aspectos y acciones contempladas en el anterior Plan de Recuperación, quedan aún pendientes de ejecución. Otra de las circunstancias que han condicionado la recuperación de la especie, fue el gran incendio forestal ocurrido en el verano de 2007, el cual afectó a la práctica totalidad del área de distribución.