El hábitat por excelencia del pinzón azul es el pinar de pino canario (Pinus canariensis) entre 1100 y 1700 m de altitud. Esta especie en peligro de extinción se alimenta fundamentalmente de los piñones de dicho pino y emplaza sus nidos en las ramas de sus copas, camuflados entre las acículas. Esto hace que la existencia de este pinzón dependa completamente del buen estado de los pinares, y que su fragmentación o discontinuidad condicione la supervivencia de la propia especie.
Por este motivo es tan importante proteger los pinares de pino canario y crear corredores ecológicos (pasillos de pinos) que unan estos pinares, de forma que el pinzón pueda desplazarse de un pinar a otro por una superficie de vegetación continua y reduzca así el riesgo de ser depredado. Además, es importante recordar que este pinar es un hábitat natural de interés comunitario, endémico de Canarias, que también contribuye a reducir la erosión del suelo y a mejorar el ciclo del agua.
Para favorecer la conservación del pinzón azul de Gran Canaria, se está trabajando, en el marco del proyecto LIFE+Pinzón y su fase After-LIFE, en la plantación de pino canario y escobón (Chamaecytisus proliferus; arbusto autóctono de Canarias) con el fin de crear corredores ecológicos entre los pinares de la isla. El pino porque es imprescindible para el pinzón azul, y el escobón porque le proporciona refugio cuando se alimenta en el suelo.
El pino canario tarda unos 30 años en empezar a producir semillas. En 2008 se observaron por primera vez dos parejas de pinzones azules en los pinares de la Cumbre, que fueron repoblados hacia 1950, y donde actualmente hay censados unos 70 individuos. Con los trabajos que se están realizando actualmente podemos contribuir a que dentro de 30-60 años el pinzón azul tenga mayor superficie para ampliar su área de distribución.
Para contribuir a la conservación de una especie es imprescindible trabajar en la conservación de su hábitat. La naturaleza tiene sus tiempos y la recuperación del hábitat que ha sido destruido en el pasado durante muchos años sólo podrá constatarse a largo plazo. Pero, aunque nosotros no veamos los resultados, debemos tener clara la importancia de la constancia en estos trabajos para alcanzar el objetivo deseado: asegurar la conservación del pinzón azul de Gran Canaria.